¡Excelsior! Desde mis primeros tebeos de Mortadelo y Filemón, pasando por Superlópez (mis reverencias a los maestros Ibáñez y Jan) y mis primeras andanzas en el mundo de los cómics de la mano de Los Vengadores, Lobo (el Hombre), Watchmen, Blacksad o Predicador, los cómics siempre me han acompañado en mi vida. He sido testigo de la mejora en la calidad de sus traducciones con el paso de los años y no está de más decir que, hoy en día, algunas series se encuentran entre las mejores literaturas del mercado. Encargarse de la traducción de un cómic requiere conocimiento de su mundo, los personajes y su trasfondo, y un agudo sentido literario para plasmar los diálogos con la fuerza y sentimiento que expresan sus originales.